La firme decisión de Carmen Martínez-Bordiú en su 71 cumpleaños
Carmen Martínez-Bordiú sopla las velas de una nueva vuelta al sol refugiada, desde el año 2018, en Sintra, el particular paraíso portugués en el que vive tras la muerte su madre Carmen Franco y Polo a finales del 2017. Allí goza de la tranquilidad que le confiere no ser un personaje público y disfruta del día a día, como ella misma ha confirmado a la revista ¡HOLA!, enamorada del coach australiano Timothy McKeague. En el momento de su marcha, Carmen pidió incluso a su propia familia que se abstuvieran de hablar sobre ella públicamente y pasó a ser una auténtica incógnita en los sucesos que posteriormente han tocado de lleno a su familia. Sin ir más lejos, en octubre de 2019, los restos de Francisco Franco eran exhumados en medio de una gran expectación mediática y también en los últimos años la guerra judicial por la titularidad del Pazo de Meirás ha generado un sinfín de titulares. Unas noticias en las que la presencia de Carmen ha brillado por su ausencia en su exilio voluntario.
Carmen Martínez-Bordiú en una imagen de archivo./Gtres
Amor ‘sin posados’ y con un punto y aparte
Así las cosas, el corazón de la duquesa alegre no ha dejado de latir. En declaraciones a su revista de cabecera, Carmen relataba cómo conoció a Timothy McKeague, justo un año antes de marcharse de España. Coincidió con una delicada época en su vida en la que el surfista, 34 años más joven que ella, jugó un papel fundamental: “Él trabajaba para un amigo mío. Yo llegaba muy cansada porque me había cambiado de casa en Madrid, había vendido la de Santander y estaba mal físicamente. Así que Tim me puso en forma”. Una puesta a punto que hizo saltar la chispa como confirmó tiempo más tarde la propia Carmen: “Caminamos juntos, hice yoga con él y nos conocimos. Luego vino a Madrid y nos fuimos de viaje juntos”.
Carmen Martínez-Bordiú y Timothy McKeague en una imagen de archivo./Gtres
Esta relación, sin embargo, ha vivido su particular punto y aparte. En diciembre del año 2020, el digital Vanitatis anunciaba en exclusiva la ruptura amistosa de la pareja. Según la publicación en esta decisión no hubo terceras personas y el principal motivo de su separación fue la necesidad por parte de Timothy de viajar a Australia para reencontrarse con los suyos en medio de la grave crisis generada por la pandemia de la covid. Lejos de tratarse de una ruptura definitiva, meses después supimos de su regreso tras un tiempo de reflexión. Una segunda parte que la propia protagonista daba por hecho en sus palabras durante un encuentro telefónico con la revista ¡HOLA!, publicadas en febrero de 2021: “Tim me ha ayudado muchísimo en un momento delicado de mi vida en el que estaba muy mal”, confesaba desde su perfecto hogar portugués: un chalet de seiscientos metros cuadrados en el parque natural de Sintra-Cascais alrededor del cuál sigue disfrutando de paseos y meditaciones junto a su pareja.
Las últimas noticias de la Duquesa
Aunque cada cumpleaños se sigue hablando de Carmen, poco más se sabe de ella. La última referencia sobre su presente más cercano la daba su propio hermano, Jaime Martínez Bordíu hace pocos meses. Así, el pasado agosto, durante la asistencia de Jaime a la gala Starlite celebrada en Marbella, y transcurridos pocos meses de su boda con Marta Fernández, Jaime explicaba: “Ella está muy feliz. Esta muy tranquila, relajada , en Portugal. Está muy contenta y muy bien. Muy relajadita”. Un relax que su hermano quiso enfatizar a pesar de no dar muchos más detalles, alimentando así el interés por su hermético momento actual del que, parece ser, según las últimas informaciones de Look, Carmen no quiere salir.
Carmen Martínez-Bordiú en Sotogrande en 2012./Gtres
Una firme decisión
Carmen sigue tomando cada día la decisión de no regresar a la palestra. La duquesa de Franco continúa cumpliendo a pies juntilllas la declaración de intenciones que puso sobre la mesa hace ya cuatro años y la redacción de este digital ha podido corroborarlo. Puestos en contacto con la Duquesa que no dudó en contestarnos desde su zona de confort, tratamos de gestionar con ella una entrevista amable sin ahondar en cuestiones que pudieran ser incómodas. La respuesta, que no tardó en llegar, fue extremadamente educada y contundente (quizá los dos apelativos que mejor la definen): “Disculpa amiga, pero ya no hay nada. Estoy fuera de todo tipo de reportajes etc, etc…”. Un énfasis en la palabra etcétera que abre un amplio abanico de las cosas que a, a día de hoy, parece no estar dispuesta a retomar.